miércoles, 4 de septiembre de 2013

Los pájaros del jardín

Este verano he mejorado el bebedero de mi jardín. He fabricado una enorme piscina apta tanto para gorriones como para mirlos e incluso pájaros mayores. Además, la reforma me permitía mejorar los fondos, al menos en parte.
Acostumbrados como están a encontrar comida y bebida por esa zona, los pájaros estrenaron muy pronto la instalación:

Un verderón hembra, un pollo de mirlo y un verderón macho estrenaron el nuevo espacio




En los alrededores del bebedero cogí a un carbonero y a un ruiseñor. El ruiseñor parece joven y me hace cierta ilusión creer que es el mismo que se crió el verano pasado con el cebo que le puse durante julio y agosto y que puede verse aquí



No obstante, este pájaro no cantaba. Lo identifiqué como el ejemplar que solamente piaba. Lo he seguido oyendo todo el verano con más frecuencia que el característico canto del ruiseñor, que desapareció, como mucho, a mediados de julio.

Uno o quizás dos ejemplares diferentes de pollo de ruiseñor se acercaron al bebedero:




No obstante, los pájaros que más se prodigaban por el comedero y los alrededores eran los verderones, hembras y machos.





El verderón que se embosca en el calocedro apareció con frecuencia por los alrededores.


Para entonces, la piscina había engendrado miles de larvas de mosquito que ni lejía ni cloro ni un larvicida específico pudieron eliminar. La posibilidad de que los mosquitos me devorasen en pocos días me hizo reducir el espacio acuático, como veremos en las siguientes tomas.



Las hembras de verderón han frecuentado mucho las piscinas e incluso he podido pillar a una bañándose.



Para un ignaro de la ornitología ha sido sorprendente encontrarse con pájaros nuevos a finales de junio, como los ruiseñores y durante el mes de agosto. Este pequeñín tiene la mitad de volumen de un gorrión y para poder fotografiarlo desde mi escondite y que ocupase una respetable proporción de imagen tuve que interponer entre el objetivo y la cámara un tubo de extensión.


También descubrí por primera vez un "bebé" de jilguero, el primer ejemplar de esta especie que he conseguido ver más abajo de las ramas más altas de los árboles:


Los gorriones han terminado por adueñarse en las últimas semanas del jardín, al que han acudido en numerosas bandadas. De ellas formaban parte pequeñuelos tanto independientes como todavía dependientes de la alimentación materna



En conjunto, no he fotografiado tantas especies como esperaba y de alguna de ellas el número de ejemplares se ha reducido mucho con respecto a otros años; por ejemplo, los carboneros, que no se han dejado ver en un mes y medio.


Sospecho que la culpa de esta ausencia de volátiles se debe en gran parte a la presencia de otra especie, que ha debido de anidar en las proximidades y que ha debido de espantar o depredar a animales más pequeños:



El año que viene tendré que estar atento e intentaré convencer a estos córvidos de que mi jardín no es un buen sitio para vivir.
Ahora lo que falta es esperar a los invenantes...

No hay comentarios:

Publicar un comentario